Con la promulgación de las leyes secundarias en materia energética, se finaliza una serie de cambios históricos nacionalistas, como es la no participación de capital privado o extranjero en la producción de energéticos, decretada por Lázaro Cárdenas en 1938 y que era vigente hasta hace apenas unos días. Pero sus efectos no solamente se harán sentir en cuestiones nacionalistas, también en la economía nacional; esto implica que todos los mexicanos resentiremos el cambio de la estrategia en este tema.

De acuerdo a un artículo publicado por la revista Forbes México, el gran error consiste en que transfiere la riqueza al extranjero y desmantela la economía nacional. Estas son las 10 consecuencias económicas que sufrirá el país, de acuerdo a la revista:

1.- Rápido agotamiento de reservas petroleras. Esta reforma provocará una manera más agresiva de extracción de hidrocarburos, que sí aumentará la producción petrolera, pero a su vez agotará rápidamente las reservas petroleras, ocasionando que perdamos la soberanía energética.

2.- Se pierde la oportunidad de empujar la productividad de nuestra economía. Como el tema de producción de energéticos es estratégico, ese petróleo debería servirnos para nuestro desarrollo, aumentar la competitividad de nuestra industria nacional, por el simple hecho de abastecimiento barato de productos derivados de hidrocarburos al resto de la industria mexicana.

3.- Aumenta la carga fiscal a Pemex. Con la reformas que tienen un impacto directo en la manera en que tributa Pemex, ahora se exige que esta empresa contribuya al menos con el 4.7 por ciento de Producto Interno Bruto, esto es casi la tercera parte del presupuesto federal. Con esto se puede demostrar que no se aligera la carga fiscal de Pemex.

4.- No se generarán empresas nacionales significativamente. Las empresas que inviertan serán, en su mayor parte, extranjeras. Así como al no existir un sector bancario nacional con la capacidad financiera requerida para respaldar las inversiones, por lo tanto, las empresas financieras extranjeras son las que tendrán la oportunidad de crecimiento.

El estado actual que guarda la economía nacional; sin rumbo fijo, sin lograr una integración de la industria, así como no tener una agenda de desarrollo, hacen que sea muy arriesgado dejar en capital extranjero las reservas energéticas.

5.- No aumentará significativamente el nivel de la actividad económica y de generación de empleos.Con los números que maneja el gobierno federal, no aumentará significativamente la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto.

6.- Aumentará la concentración del ingreso y habrá transferencia de riqueza al extranjero. La ley en la materia prevé requisitos que muy difícilmente puedan cumplir las empresas mexicanas, incluso se cree que hasta el propio Pemex pueda cumplir. Esto alejará las posibilidades de que empresas mexicanas puedan tener una actividad, y las empresas extranjeras que puedan cumplir con los requisitos, las utilidades las trasladarán a sus países de origen.

7.- El gasto público continuará destinándose mayoritariamente a gasto corriente. Aunque se tiene contemplado que hay una parte del ingreso será destinado a inversión, es muy bajo el porcentaje en comparación a lo que se asigne a gato corriente (gastos de operación).

8.- No se generará ahorro a largo plazo. Al no disponer de sus utilidades, por el marco legal al que se sujetará Pemex, es muy posible que aumente su endeudamiento, por las condiciones casi imposibles de alcanzar.

9.- No contribuirá a reducir la pobreza, y una vez agotado el petróleo, los niveles de pobreza pueden dispararse. Mientras el gobierno federal siga obteniendo ingresos por la carga fiscal impuesta, los niveles de pobreza se pueden contener hasta cierta medida, pero una vez que la producción de Pemex comience a decaer, y las empresas extranjeras hagan valer cláusulas a su favor en los contratos, el gobierno federal no dispondrá más de ingresos petroleros, por lo tanto, el presupuesto con el que se contará será menor, ocasionando recortar el gasto público.

10.- Desaprovecharán recursos para atacar los determinantes estructurales de la pobreza en México. Estas reformas no contemplan planes para atacar los determinantes estructurales de la pobreza (causas que originan la pobreza).

La combinación de estos factores, en un momento incidirán en la baja producción de Pemex, aumentará la trasferencia de utilidades al extranjero, escasa inversión pública, la nula creación de empleo y a su vez un mercado interno muy debilitado, causando un nulo desarrollo nacional.