
La Piedad enfrenta un serio problema de desinterés por parte de las autoridades municipales en turno en lo que respecta a la conservación de nuestro patrimonio histórico cultural.
Durante el gobierno encabezado por el ex alcalde Arturo Torres Santos (si mal no recuerdo), se llevó a cabo el denominado, “Plan de Desarrollo Municipal”. En el se establecieron los parámetros a seguir en cuanto, tal como su nombre lo indica, marcar las directrices del desarrollo local, principalmente en la infraestructura y la protección del patrimonio de los Piedadenses . Para el efecto, se contrató a personal especializado en tales menesteres, más el auxilio de personas enterados en los diversos rubros de los contemplados en el proyecto a aplicarse.
Por supuesto que el proyecto conllevó una inversión, que no debió ser de diez centavos, inversión sacada de los bolsillos de los ciudadanos, aportados a través de los impuestos. No obstante el precio pagado para que La Piedad contara con este instrumento necesario para lograr una urbanización adecuada. Pero el Plan pasó a convertirse en algo relegado al archivo muerto, y por consecuencia, a la inoperatividad.
El plano donde se establecen los elementos a seguir en el Plan de Desarrollo, marca varios aspectos y entre ellos está la protección de los sitios arqueológicos del municipio; no obstante en las acciones emprendidas por vándalos y personas carentes de todo rasgo cultural y la apatía de las autoridades, el ciudadano se da cuenta de que tal Plan y la inversión efectuada, carece de toda importancia, consideración y sustento.
En los últimos tiempos se presenta el siguiente panorama: el “Cerro del Muerto”, donde existen importantes vestigios arqueológicos, está totalmente abandonado, ha sido sujeto de saqueos, está en un nivel dedestrucción y ahora hasta es empleado el terreno para efectuar peleas de perros (aun y cuando están prohibidas) son hechos que suceden a diario.
El sitio arqueológico de Zaragoza, a pesar de estar en proceso de rescate, ha sufrido robo de elementos y daños irreversibles a sus elementos arqueológicos, y por si fuera poco y entre muchos aspectos más, el importante monolito que marcaba el inicio del Equinoccio de Primavera en el Mesa de los Laureles, sitio mismo donde existen vestigios arqueológicos, fue recientemente destruido y el lugar presto a ser fraccionado, sin importar lo que en el existe, como elementos de alto valor que tal vez las mismas autoridades ignoran, debido a la falta de investigación. No es raro y ya desgraciadamente se espera la destrucción del lugar.
Por supuesto que para llevar a cabo acciones en los lugares, se requiere de un permiso oficial y si estas personas lo tienen, entonces tales permisos se están extendiendo sin que se consideren aspectos de interés histórico.
A este paso, pronto el municipio será un lugar “muy moderno”, pero carente de sus orígenes y toda prueba de ello. Finalmente, en esta columna, solo se han tratado tres ejemplos, pero créanme que en la lista están muchos otros más en espera de su desaparición.
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