
Notable pérdida de las tradiciones en La Piedad, principalmente durante este mes de diciembre en el que se festeja la Navidad.
En años anteriores, ya desde el mes de noviembre, los elementos tradicionales de una de las festividades más importantes del mundo cristiano y de las que más presencia tienen también en nuestra ciudad, se veía florecer por doquier, principalmente en las casas citadinas, donde se colocaban lúcidos arreglos de la ocasión, luces multicolores y el espíritu navideño reflejado en la inquietud de los ciudadanos.
Más sin embrago, en este año y a pesar de encontrarse el calendario ya en los inicios del último mes del año, la tradición ha decrecido y se ve, en cierta forma, lastimera y pobre en su proyección.
Inclusive, actividades como las efectuadas tradicionalmente como es la puesta en escena de la pastorela, que se efectuaba en la Casa Pastoral y que se presentaba en estos días, ahora permaneció inactiva; años anteriores la presente actividad del Padre Jesús Alcázar, era notable, y por lo tanto, es notable ahora su ausencia.
Por otro lado, es indudable que la falta de los medios económicos que acusa la ciudadanía, es un factor importante que condiciona, hasta cierto punto, el ánimo de las personas.
No obstante que los gobiernos en turno alardean de que la economía del país esta cada vez mejor, eso claro esta, que es para los funcionarios pero no para el común del pueblo. Hay que ver solamente los aguinaldos que reciben comparado con lo que recibe el común del proletariado.
Existe todavía un problema mayor, en cuanto a la pérdida de la tradición, siendo esta el que los productos extranjeros, llamados “de fayuca”, han inundado inmisericordemente el mercado, principalmente la producción China, que si bien es cierto, son los productos más baratos, también son de ínfima calidad y mucho menos duraderos; esta problemática impacta a nuestros artesanos, los que se ven relegados a planos secundarios en su producción. Por ejemplo, ya no se observan en el mercado esferas de vidrio, que son las tradicionales y todo se ha reducido a esferas de plástico, producidas en serie y sin valor artístico alguno, por ende, los artesanos nacionales fabricantes de este producto se ven afectados notablemente.
Lo mismo acontece con cientos de otros productos de esta misma temporada, que prácticamente n la totalidad de los artículos se observa el “Made in China”. La pregunta es ¿Donde están las autoridades correspondientes, reguladoras de este rubro? Y por que se permite en nuestra sociedad, semejantes injustas competencias? La respuesta es simple, los responsables nacionales, permiten tales acciones por intereses personales en cuanto se refiere a la tramitología de “permisos” otorgados.
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