
En esta ocasión me voy a referir a “Chalina” y su “Cariancha”, en el Pueblo el se conocía cariñosamente por ese apodo y por que se ganaba la vida acarreando materia de construcción como graba, tezontle, arena, piedra, ladrillos, etc.
Este material lo acarreaba en una vieja troquita armado allá por el año del caldo posiblemente entre 1914 y 1915 la “Troquita” ni tan siquiera tenia redilas y el motor parecía un pequeño tambor petrolero.
Para hacer funcionar su antigua allá quedaría mejor en un Museo de cosas raras “Chalina” tenía que darle “cran” con una manivela por lo menos 20 veces y cuando ya empezaba a traquetear aventando una gran cantidad de vapor por alguna parte del “motor “Chalina” corría a sentarse frente a una rueda de madera que hacía las veces de volante y caminar “pa” delante rumbo al río generalmente por graba, arena u otros materiales otra característica de su “antigualla” era que tenía frenos, así es que cuando quería detenerla, simplemente se bajaba aun caminando su reliquia, que por cierto no alcanzaba mucha velocidad y le ponía una piedra que previamente traía junto a el en un costado de su asiento y la colocaba junto a una de las llantas delanteras.
Este fue nuestro inolvidable “Chalino” que un día como todo lo romántica de nuestra querida Piedad de Cabadas desaparecieron perdiéndose en la inmensa oscuridad del tiempo más no de nuestro recuerdo.
Otro personaje del diario vivir Piedadense en esta ocasión me voy a referir nada mas y nada menos que al raja Diablos otro personaje del diario vivir Piedadense vivir del siglo pasado también igual que “Chalino””tenia otra “Troquita” con la que se paseaba la vida dedicándose al servicio de carga, la dicha “Troquita” no tenía parabrisas ni vidrios laterales y la cabina era de palo, si no tenía cristales tampoco tenia puertas, la plataforma era de tablas lo mismo que las redilas; el moto estaba menos peor que el de la “Carcancha” de “Chalino”, también era de “Cran” con la diferencia de que al darle muchas vueltas a la manivela para echar a andar el motor del camioncito, este aventaba un enorme trueno que salía del tubo de escape lo mismo que chispas y una gran cantidad de humo, después de todo esto este “artefacto móvil” comenzaba a caminar solo y nuestro biografiado corría para alcanzar su camioncito se trepaba a la cabina de un brinco se colocaba al volante que también era de palo y empezaba a manejar su artefacto rumbo a su destino.
Esta “Carcancha” por que si tenia frenos, lo que no tenia era reversa, pero ese detalle no tenia mucha importancia, lo principal es que caminaba dando tumbos aquí y allá.
Cuando la “Sarracuatera” de niños que en aquel entonces estudiábamos en la escuela José Maria Morales recibiendo la educación elemental de manos del profesor Vicente de P. Cano a punta de barazos y coscorrones escuchábamos los truenos del escape, el roncar de la bocina y el “Chuc Chuc” del motor sabíamos que “El Raja diablos” estaba a punto de pasar frente a nuestro humilde escuelita de primeras letras ¿y por que decían a este Señor el “Raja Diablos “? Precisamente por eso por que tenía un genio de todos los Diablos, tanto así que el se aguantaba, pero si por una parte tenía un genio de tal calibre que ni el se aguantaba, por otro lado tenía unas hijas muy guapas y correteables sobre todo Anita.
En cuanto a su nombre, nadie lo supo nunca, cuando se lo preguntaban decía que ni el mismo se acordaba y que ni el mismo se acordaba y que desde niño siempre lo conocieron por ese apodo.
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