En un ambiente musical de folklor mexicano, la Escuela de Artes se vistió de algarabía la noche del martes para exponer al personal de la embajada estadounidenses algunas actividades propias de la cultura de este país; el Presidente Municipal Juan Manuel Estrada recibió en ese recinto histórico a los funcionarios a quienes se apreció complacido.

Esto se llevó a cabo en el marco de la visita del Cónsul de la Embajada de Estados Unidos Americanos (EUA) en México Robert E. Barnett, a esta ciudad de La Piedad, para emprender la capacitación a trabajadores de atención al migrante y a la vez las consultas directas con los paisanos que buscan la solución al trámite del pago del Seguro Social Americano en un esfuerzo binacional.

El director municipal de Cultura Francisco Ríos Corona organizó la actividad con la presentación de jóvenes con disciplinas como la interpretación con instrumentos y en voz, el baile regional, así como la variación de técnicas de danza extranjera.

El profesor Arturo Rodríguez inició la verbena con la interpretación al piano, de las melodías “Para Elisa” de Beethoven y “El sueño de un hombre” de Yanni. En este mismo contexto la joven Fernanda Cárdenas Ayala amenizó con la melodía “Piano” del autor Silvetti.

Al transcurso de la noche, participaron Héctor García Hernández, por medio del saxofón; la demostración de danzas regionales en grupo como “El Jarabe Tapatío” y “El son de la Negra” encaminadas por parejas de jóvenes y niños, y dirigidas por el maestro Rafael Gutiérrez Escamilla.

Los jóvenes Estefanía Landa y Jonathan Cervantes, dieron el toque regional por excelencia al ambiente, con la disposición de varias piezas musicales, propias de la música vernácula, dirigidos por la maestra Erika Mejía. También se ejecutaron números de “belly dance” bajo la sincronía de la maestra Vianey Medina.

La presentación tomó tal auge en los momentos musicales, que el propio Cónsul Robert Barnett se levantó a bailar por iniciativa propia, seguido por la Supervisora de Servicios de la Embajada Hilda de Hoyos con un deleite notorio que se tornó general, de esta manera se dio fin a las actividades del día.