
Los padres pueden detectar algunos signos, rasgos o conductas que están relacionados con un riesgo para iniciar el consumo de sustancias. A éstos se les denomina factores de riesgo y son definidos como ciertas características que existen en la comunidad, familia, escuela e individuo previo al consumo de alguna droga lo que hace que aumente la probabilidad de que este fenómeno ocurra durante el desarrollo de la persona. En estas circunstancias puede encontrarse cualquier familia, es mucho más frecuente cuando hay adolescentes, porque se encuentran en la etapa más vulnerable de la vida especialmente porque cualquier decisión que tomen será altamente decisiva. La detección de factores de riesgo es muy importante ya que a través de su identificación y de los esfuerzos que se hagan por disminuirlos significa que se está protegiendo no sólo al vulnerable sino al resto de la familia. Se pide analice los siguientes factores que pueden conducir a que una persona consuma drogas de tal manera que pueda pensar en qué hacer al respecto.
• Conducta “antisocial” temprana (entre los 5 y 7 años de edad) que persiste
hasta la temprana adolescencia, expresada en términos de agresividad.
• Aislamiento de actividades sociales.
• La incidencia del síndrome infantil de hiperactividad y déficit de atención.
• Altos niveles de angustia.
• Creer que se tiene un escaso control sobre la propia vida en la adolescencia.
• Actitud permisiva hacia el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco.
• Necesidad de experimentar emociones fuertes y sensaciones intensas durante la adolescencia.
• Baja autoestima.
• Problema en las relaciones interpersonales.
• Percepción de que los padres, madres y/o demás familiares se encuentran relajados.
• El uso de drogas en edades tempranas con frecuencia conduce a problemas serios de consumo.
• Abusos alimenticios.
• Creatividad limitada.
• Manejo inadecuado del tiempo libre.
• Control limitado de los impulsos desde la infancia.
• Timidez e inseguridad.
• Desinterés en el desarrollo escolar, a través de inasistencias frecuentes a clases, repudio a la permanencia a la escuela y disminución del tiempo que dedica a las tareas escolares.
• Altos niveles de depresión.
• Alcoholismo y/o uso de drogas ilegales por parte de los padres de familia.
• El consumo de drogas de los hermanos mayores incide en el consumo de los hermanos menores.
• Escaso involucramiento de los padres en las actividades de los hijos.
• Limitadas expectativas de los padres con respecto a la educación de sus hijos.
• La conducta represiva de uno de los padres, coexistente con una conducta permisiva por parte del otro.
• Inducción de sentimientos de culpa como mecanismo de control.
• No directividad y permisividad de los padres de familia.
• Comunicación negativa (crítica, y falta de respeto).
• Falta de límites o límites difusos.
• Padres de temperamento violento y/o no comunicativos.
• Escasa supervisión de los padres de familia en las actividades extraescolares de los adolescentes.
• Madres frías, poco responsables y poco protectoras con sus hijos, que les ofrecen escasos estímulos y los presionan para llevar a cabo sus tareas.
• Violencia intrafamiliar.
• Padres mentalmente enfermos y/o antisociales.
• Uso de drogas en el grupo de amigos.
• Falta de instalaciones deportivas, culturales y artísticas que den servicio a la población.
Como nos damos cuenta realmente es una gran cantidad de factores que pueden facilitar el consumo de drogas, sin embargo las alternativas que se tienen corresponden a idear acciones en familia que puedan contrarrestar tales factores. La comunicación, la convivencia y las manifestaciones de cariño y aceptación siempre favorecerán a una toma de decisiones asertivas. Las familias podrán fortalecer a sus miembros con la creación de espacios para conversar y compartir lo que les sucede, facilitando la disminución de riesgos.
Psic. Myriam Maritza Montes Méndez
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