
Durante casi dos décadas uno de los discursos de gobiernos locales y ciudadanos ha sido la necesidad de mayor número de industrias que detonen el desarrollo económico de la ciudad y con ello se obtengan mayores beneficios como la creación de empleos. Esta inquietud se volvió más latente a partir del desarrollo industrial que registró el Bajío guanajuatense, con la creación del corredor automotriz que ha transformado la infraestructura urbana y carretera de Guanajuato, aunado a los avances tecnológicos y educativos que trajeron consigo estas inversiones de capital en su mayoría extranjero. Aunque La Piedad colinda con esta región de la entidad vecina, la ciudad no presenta la misma dinámica.
Durante las seis últimas administraciones locales independientemente del partido político que gobierne, han propiciado mecanismos para la atracción de inversión foránea, se han realizado las gestiones para la creación de un parque industrial y la implantación de una plataforma logística para que empresas nacionales y trasnacionales se establezcan en la ciudad, todas estas acciones hasta la fecha no han mostrado los resultados esperados. Bajo el argumento de las ventajas logísticas que ofrece la ubicación geográfica del lugar al ser paso obligado a los dos puertos más importantes del país, cada gobierno local ha impulsado un proyecto distinto para detonar el crecimiento económico a través de estas estrategias.
Pocos años después de la firma del Tratado de Libre Comercio en América del Norte (TLCAN) los grupos empresariales de La Piedad iniciaron los primeros esfuerzos para adaptarse a la nueva dinámica comercial, y en la actualidad se ven reflejadas las estrategias de los cambios que implementaron. Por su parte, los gobiernos locales iniciaron gestiones para la atracción de inversiones de tipo industrial.
Desde el gobierno encabezado por Ramón Maya se promovió un proyecto para la creación de un parque industrial que estaría ubicado en el Ejido de Los Melgoza, cuya extensión era de noventa hectáreas. La inversión sería tripartita, donde participarían los gobiernos local y estatal y el empresariado local, sin embargo estos dos últimos no hicieron las portaciones correspondientes a un millón de pesos cada uno.
Aunque no se concretó si quiera la adquisición del terreno, durante esos años se instalaron tiendas y servicios que generaron empleos, pero no los suficientes como los que requiere el sector productivo, por lo que se retomó el interés por la atracción de industria en el gobierno encabezado por el panista Ricardo Guzmán Romero, quien sostuvo un avance importante en las gestiones para la implantación de una Plataforma Logística para La Piedad (PLAPI), cuya inversión sería aportada por una empresa española.
El proyecto de la Plataforma Logística tuvo continuidad con la administración sucesiva a la de Ricardo Guzmán. El ex alcalde Hugo Anaya Ávila realizó varias visitas a España donde además de conocer los modelos de plataformas logísticas europeas, pactó la obra con los inversionistas españoles. Sin embargo, con el cambio de administración el proyecto pasó a manos de inversionistas belgas, hasta la fecha, el proyecto de la PLAPI no ha mostrado avances.
Con la ampliación de la empresa de productos cárnicos, BAFAR se espera además de la creación de empleos, la demanda de productos y servicios que dinamicen la economía de la región. Por otro lado, el reciente anuncio de la construcción del aeropuerto de carga nuevamente es una de las principales preocupación del gobierno local, aunque como se anunció este lunes, aún falta proyecto ejecutivo para consolidar dicha inversión. En resumen, para la ciudad ha resultado un proceso largo la inserción al libre mercado y posicionarse como un lugar propicio para aterrizar inversiones foráneas.
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