
Como ya es sabido, el pueblo mexicano tiende a celebrar infinidad de tradiciones y costumbres a lo largo del año; ésta vez, noviembre se torna de fiesta nuevamente al recordar a nuestros seres queridos en el “Día de los Fieles Difuntos”.
En Michoacán, ésta celebración no es exclusiva del municipio en el que vivimos, pues las personas trasmiten de generación en generación éstas tendencias de vida que identifican al mexicano.
Lo curioso de todo es la participación de los jóvenes. Este año, dentro de los panteones de la región, se dieron cita una importante cantidad de “chavos” los cuales siguen al pie de la letra las costumbres de la ciudad.
Si bien es cierto, mucha de las veces la juventud se ve tachada por la sociedad en general, por no tener cierta iniciativa a diversas actividades culturales y comunes como lo es la celebración del día de los muertos.
Ahora no fue así, al contrario, desde que se comenzaron a “montar” los distintos altares de muertos la juventud piedadense dijo presente y puso de su parte para participar en dicha actividad. Algunos colaboraron individualmente aportando los elementos necesarios para el altar y otros más, con ayuda de sus familiares.
De igual manera y como es común, las fiestas con amigos, en antros o donde sea que haya, son indispensables para que los jóvenes se diviertan, pero implementando consciencia una moral, el año que viene, sin duda, habrá mayor participación en éstas fiestas.
Lo importante de estas celebraciones es precisamente eso, involucrar a más y más jóvenes para que así, tengan una mentalidad de ayudar y sobre todo, de forzar actividades que a lo largo del tiempo, pueden perderse.
Recordemos también que mientras transcurren los años, las ganas de participar decaen de una manera considerable, por ello, si a través de la juventud piedadense se renuevan esas tradiciones, seguramente se obtendrán resultados positivos.
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