
Otra de las hermosas tradiciones que ya quedo archivada en la cruel alacena del olvido.
La mejor de estas veladas se realizaba la noche del 15 de Septiembre de todos los años en el foro del desaparecido Cine Teresa, su propietario Don Juan Fernández, generosamente lo facilitaba.
A estas hermosas veladas acudían todo el Pueblo de La Piedad que cabía en el local y eran organizadas por el personal docente de todas las Escuelas de Las Primarias de la Localidad.
En estas festividades se hacían derroche de arte y entusiasmo, la que más destacaba era la Maestra Lupita Martínez que con todo y su impedimento físico preparaba los mejores bailables sin desmeritar al resto del personal se representaba en bailables el folklor de todo el País desde las Poleas norteñas, la Danza del Venado Sonorense, el Jarabe Tapatío Jaliciense, la Cuera Tamaulipeca, la bamba veracruzana, el Jarabe Pateño Michoacano, la Danza de los Viejitos en la que destacaba un alumno de la Escuela Morelos a quien conocíamos como “el serrucho por que tenía un diente por aquí u los demás allá por ninguna parte; y que decir de las Jaranas Yucatecos o los bolonchones oaxaqueños y la danza de los machetes en la que los participantes tenían que estar muy listos si no querían quedarse sin una oreja o con poquita más mala suerte, sin cabeza no pedían faltar los bailes románticos como “Farolito”, de Agustín Lara bailado o interpretado por la agraciada y bella alumna Anita Pérez Elizarraras.
Dejo como un aspecto muy especial al maestro de ceremonias, me estoy refiriendo al Profesor Roberto Méndez Ramos que con su importante varonil y figura de la cual salía una voz inconfundible dirigía y anunciaba cada uno de los números que se representaba, era el alma de las veladas; para mi el Profesor Méndez fue un personaje inolvidable, el mejor o uno de los mejores Maestros que he conocido que se dedico en cuerpo y alma al magisterio que murió triste por que se le negó la máxima presea local que es la medalla “José Ma Cavadas a pesar de que sirvió al en el magisterio mas de 80 años o sea casi tres jubilaciones, por que esta presea no se otorga por antigüedad.
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