
Recuerdo que un día caminando por el festival cervantino en la Ciudad de Guanajuato, me encontré con un poster que decía: «Cuando el poder del amor sobrepase el amor al poder, el mundo conocerá la paz» con Jimi Hendrix tocando su histórica guitarra. Y me quedé pensando un buen rato en esa frase tan profunda, y ahora cada que veo un acto proselitista de un suspirante a un cargo político, recuerdo aquellas palabras célebres de aquel prodigioso guitarrista.
Pues bien, ahora cada que paseo por las calles de la ciudad de La Piedad, me encuentro con algunas paredes pintadas con algún verso, -idea original de un colectivo de arte conocido como «acción poética» que no tienen ningún interes económico- y firmado por una asociación civil conocida como Insurgencia Ciudadana, pero esta sí tiene fines políticos y en consecuencia económicos. Incluso hasta se puede pensar en una artimaña de aparte de bardas para la propaganda política.
El próximo proceso electoral, que ya inició por lo menos con los que participan activamente en la vida política del país, será algo nuevo que no se había dado en otro momento de nuestra historia, y que algunos están tratando de hacer política de manera novedosa.
Hay que recordar que se han registrado otros 3 partidos políticos, en donde en uno de ellos como es MORENA, se ha poblado de ex militantes perredistas, en su mayoría Lopezobradoristas. En el municipio no es la excepción, parece ser que el partido del sol azteca quedará muy debilitado, y hasta los que se pelearon y acarrearon gente para ganar la elección interna, como es el caso de José Eduardo Torres, últimamente hasta ante los medios de comunicación emitieron su renuncia, aunque algunos de hueso perredista han dicho que nada más ha sido de boca porque oficialmente no han presentado su renuncia ante el órgano correspondiente.
Otro aspecto interesante, es que las legislaciones locales tendrán que estar en sintonía con la ley federal, en cuanto a la regulación de las candidaturas ciudadanas. Como ya se ha visto en otros procesos electorales, como es el caso del ex presidente municipal de San Blas, Nayarit, que dijo públicamente que sí robo un poquito y como candidato ciudadano ganó las elecciones y otra vez será presidente municipal. Esto nos hace pensar en nuestra inmadura cultura democrática.
Ya en el tema local, es interesante observar como está moviendo sus fichas uno de los «suspirantes» a ocupar el cargo que dejará el hoy presidente municipal, Hugo Anaya Ávila, que es el caso de Jonathan Bañales.
Hay que recordar – porque dicen que los mexicanos somos de corta memoria- que este personaje que se está queriendo sumar a la contienda política, ha estado ligado a los ex perredistas o todavía perredistas, José Eduardo Torres y a la regidora Tatiana Ayala Aviña, quien ha sido estigmatizada por gente de su mismo partido, como una persona con poco interés en las actividades en el Ayuntamiento de La Piedad, y que ha decir verdad, no ha logrado ser oposición en ese órgano colegiado.
Esta posible candidatura ciudadano nos puede llevar a una gran reflexión, como tener presente que una persona con capacidad económica pueda tener una posibilidad importante de ocupar un cargo de elección popular, sin tener una virtud considerable más allá de denunciar las carencias que han existido en diferentes administraciones municipales, o regalar algunos artículos a habitantes del municipio como lo hacen todos los políticos y nada más.
Porque en realidad, cuál actividad ha realizado para calificar su labor como un ciudadano que pueda cambiar las adversidades que viven hoy en día los piedadenses y ser diferente al común de los políticos.
En días pasados, observé en las redes sociales un video bien realizado por la asociación civil de Insurgencia Ciudadana, en donde se hacen ver algunos de los valores de la gente de La Piedad, que sin lugar a duda genera algún sentimiento de pertenencia, pero me llevó a la pregunta: Será mas grande el amor al poder o el poder del amor de Jonathan Bañales?
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