
Ante una audiencia que ovacionó de pie sus interpretaciones musicales y algunas reflexiones poéticas, se presentaron en la Escuela de Artes de La Piedad, Michoacán, los pianistas de la Sierra Tarahumara. Romayne Wheeler y Romeyno Gutiérrez Luna quienes compartieron con el público piedadense lo que ellos mismos definen como: “lo más bello de la vida”, su música.
La tocada pianística organizada por el Colegio de Michoacán y el Gobierno Municipal de La Piedad, la inició Romeyno Gutiérrez, el joven compositor que de niño bailaba con la melodías que Wheeler tocaba, ahora es un pianista que además de interpretar a Chopin y Mozart, deleitó al público piedadense con música de su autoría inspirado en las danzas tarahumaras de los indígenas rarámuris.
Por su parte, Wheeler, quien es su tercera visita y concierto en La Piedad, además de sus interpretaciones de música gitana, como las Danzas Húngaras de Brahms y la Rapsodia Húngara de Listz, obsequió al público asistente poesía y reflexiones de su puño y letra, con los que marcó una introducción para cada pieza musical que fue interpretando en lo que fue la segunda parte de la tocada.
“Después de unos compases interpretando la meditación de Massanet, la Música me eleva a una planicie lejana, desprendida de lo terrenal, donde no existen las fronteras, donde la música es la lengua materna, la religión es amar al prójimo como parte de ti mismo y la música fluyendo en mis venas, es el amor imparcial. Cada persona es una estrella iluminando otras vidas, no hay separación pulsamos en los latidos del corazón de nuestro creador.” Fue uno de los textos leídos por el pianista Wheeler.
Ambos pianistas y compositores, ataviados con la vestimenta tradicional rarámuri regalaron, como número final, la pieza “Recuerdos de la Alhambra” de Francisco Tarrega, tocada a cuatro manos, en un ensamble que conjuntó la belleza de las notas, la maestría en la interpretación y la excelente coordinación para digitar cada tecla del piano.
Cabe destacar que para este final, ambos pianistas lo hicieron a la luz de las velas que fueron colocadas ex profeso en los alrededores y columnas del patio central de la Escuela de Artes, lo que creó una atmósfera idónea para que el auditorio pudiera compenetrarse con las notas creadas para guitarra por el español Francisco Tarrega y trasladadas al piano por Romayne Wheeler.
La Piedad fue la segunda parada en esta serie de conciertos que forma parte de una mexicana. Estos recitales son el preámbulo donde los dos artistas, se preparan para ir a Europa con la noble causa de recaudar fondos y donativos para la comunidad y el pueblo Rarámuri que vive en la Sierra de Chihuahua.
Posterior al recital, los artistas recibieron reconocimientos de parte de El Colegio de Michoacán y el Gobierno Municipal de La Piedad. Ambos pianistas charlaron y convivieron con los asistentes en una velada donde también adquirieron material grabado por ambos músicos cuyos fondos sirven para financiar sus giras por México y el extranjero.
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